La gente a menudo intenta cambiarte, debes hacer esto o lo otro, te dicen sin cesar, hasta que te sometes a lo que la mayoría quiere o espera de ti.
¿Somos lo que los demás quieren? o ¿nos engañamos pensando que somos genuinos? Cuando comienzas a dibujar alguien te dice como debes hacerlo y mata tu creatividad. Tus ideas son ordenadas y colocadas por una sociedad que institucionaliza tus pensamientos. El mundo del trabajo es otro gran enemigo, someterte o marcharte, esa es la ley. ¿Y donde quedamos nosotros en este juego diabólico? en la soledad de nuestros sueños, quizás. ¿En que lugar de nuestra memoria se archivaron nuestros sueños y proyectos? Necesitaríamos el aislamiento para definir ideas puras. Imagina un científico fuera del mundo con medios y múltiples ideas que no se contaminasen con el pensamiento de otros. Al igual le ocurre al escritor, al músico, etc.
Perdemos nuestra genialidad al estar en contacto con los otros.
Para un momento y piensa de todo lo que se escribe o se habla, ¿cuanto hay de nuestra propia conciencia? ¿No somos loros que repetimos una y otra vez la misma idea pronunciada por el de al lado? He hay la clave de solo algunos, que siendo gentes un tanto atípicas, fueron genios (Albert Einstein, Mozart, Goya, Bethoven). Ellos eran distintos, inadaptados algunos pero sencillamente geniales.
Siempre he querido seguir siendo en parte un niño, mantener la ilusión por las cosas pequeñas. Os dejo unas fotos de globos aerostáticos, muy graciosas.
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