LOS ULTIMOS DE KOSOVO:

Se abre el telón (y no es un chiste) y aparece Carme Chacón, ministra de defensa de la España mas “In” y nos suelta “A Kosovo no fuiste a trazar fronteras, sino a socorrer a gente” y desde la barrera un militar metido en años, con muchos galones y estrellitas, hace una mueca que no pasa inadvertida al espectador que esta contemplando la escena. Ese gesto inocente, que se le escapa a un militar de carrera al ver en que se esta convirtiendo el ejercito que tanto ama, en el que cualquiera puede mangonear con la excusa de darle un toque mas moderno, en el que los valores castrenses se sustituyen por los de un pacifismo impuesto a golpe de arenga pacifista. Y claro, los experimentos con nuestra tropa son imposibles, explíquele a usted aun soldado de élite, que sus lemas serán la solidaridad, y la paz en el mundo, eso después de haber estado preparándose para lo contrario, o sea saber matar, o al menos no dejar que a uno lo maten.
Y es que empezamos a confundir las cosas hace tiempo, creyendo que el ejercito estaba para todo menos para lo que realmente se le necesita, que no es otra cosa que asegurar la soberanía nacional, esa que a veces me pregunto sino habrá sido ya víctima de los políticos que se la pasan por el forro.
El caso es que me acuerdo cuando los populares eliminaron la mili, en favor de un ejercito “profesional” o seria mejor decir mercenario, que es en lo que me temo que se ha convertido, solo hay que darse una vuelta por cualquier cuartel de España, para darse cuenta de que los inmigrantes forman parte en gran numero de nuestro ejercito, al que me temo que le profesan la misma lealtad que le puedo ofrecer yo a mi jefe, mientras cobre, y en lo mío no hay muertos de por medio.
Pero volviendo al tema principal, debiéramos hacer un balance de lo que significa una misión de paz, que no deja de ser un eufemismo cateto, puesto que la paz se consigue normalmente después de la guerra, y cualquier otro apellido es sinónimo de que no se quiere ver la realidad tal y como es.
A nuestra ministra de defensa, se le suelen ocurrir grandes discursos que nos dejan boquiabiertos a todos, parece que hable de “Caritas” en vez de una misión en Afganistán por ejemplo, y lo malo no es la retahíla de tonterías que dice la buena señora, sino que los militares vasallos, en vez de contradecirla y contarnos la verdad, la ponen la alfombra roja, no valla a ser que pierdan el ascenso y eso se antepone a todo...
A si que tenemos una organización con normas estrictas y disciplina de rigor, supeditada a una política de revista fashion, que la dirige como si fuese un campamento de scouts, y les arenga con chorradas mil, lo que se traduce en un estado de animo aviar, o sea que siempre que nos encontramos con los Taliban, huimos en favor de la paz.
Estoy planteándome entrar en la milicia, no se si me tocara dar globos o chuches.

Pedrulo Maturulo.