Solemos pensar que los políticos, son como el resto de los mortales, para cualquiera de nosotros (el pueblo llano) hablar de millones de euros o de palacetes es sinónimo de algún sorteo millonario.
El caso es que en Baleares parece que los billetes de euro se reproducen solos, un extraño caso de bipartición o algo parecido, tan extraño e inquietante es, que el presidente del Partido Popular no sabe o no contesta cuando le preguntan por el caso.
Y es que nos hemos pasado la vida denunciando la corrupción, la falta de escrúpulos en el partido socialista (Ali Baba y unos cuantos ladrones) y pensábamos que el PP todavía estaba a salvo de tales tropelías, pero parece que todos beben de la misma fuente.
Hay que decir que Rajoy como en tantas otras ocasiones, no ha estado a la altura, ni ha sabido manejar la situación como debía, ha tenido que ser el propio interesado el que se marche del partido (aunque con presiones) hasta que se aclare si tiene alguna responsabilidad.
Luego se extrañaran los afiliados al Partido Popular, cuando la inmensa mayoría que no pertenecemos a ningún grupo político les echemos en cara su falta de transparencia y su poca o ninguna diligencia para resolver todo aquello que embarre la imagen de su partido.
Y es que la imagen que uno proyecta es el fruto de muchos años de esfuerzo, años que se tiran por la borda cuando los ciudadanos (entre los que me incluyo) ven como el presidente del partido no atiende a los periodistas y rehúsa tomar las acciones pertinentes, justo lo contrario de lo que se debería hacer.
Hay que tomar distancia para darse cuenta de que los políticos deben ser ante todo honrados, casi diría inmaculados, para poder ejercer su labor publica con garantías, y en eso tanto el PP como el PSOE están muy por debajo de lo exigible, aunque en el caso de la oposición como aspirante a gobernar es mucho mas sangrante.
Si como dijo un día Rajoy el respeta la presunción de inocencia, debe saber que esta no se viola ni elimina, cuando a un político se le aparta del partido de forma súbita, hasta esperar una sentencia.
Todo lo contrario es improvisación, conchabeo y esperar hasta que escampe, lo que la mayoría vemos como la confirmación de que Rajoy no sirve, y su equipo tampoco, por no saber aconsejarlo.
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