A TI AGUERRIDO CURRANTE:

Me dirijo a ti que las pasas canutas, siempre mirando para poder llegar a fin de mes, harto de proclamas políticas.

Sabes también como yo, que el sistema se basa en cargar todo su peso sobre tu espalda, demasiado dolorida ya de aguantar a tanto vago y maleante.

Somos amigo mío, la vanguardia de los sufridores, tenemos por un lado, a la patronal que quiere tensar mas la cuerda (si es que se puede) y por otro a los políticos a los que les da igual si esta nos estrangula, solo se preocupan de ganar votos.

Los sindicatos que se supone están para defendernos, sean vendido por cuantiosas subvenciones y solo hacen el papel que se les asigna, indiferentes a los 4 millones de parados a los que tendrían que estar defendiendo ya.

Nos vemos con el agua al cuello y nos dicen que no pasa nada, que las hipotecas cada vez están mas baratas, y que el IPC no deja de bajar, sabiendo que así no subirán los sueldos (revisión salarial, convenio) con un cinismo que me produce escalofríos.

¿Cuanta desfachatez se puede acumular? Viéndonos con el fantasma del paro en la puerta de casa, y ellos “ERE” que “ERE” como si las empresas no hubiesen ganado inmensas cantidades de dinero y ahora que vienen las vacas flacas tuviésemos que pagar solo nosotros las consecuencias.

El mundo es un lugar imperfecto, absolutamente descorazonador, para los que cada día nos dejamos la piel en nuestro puesto de trabajo, sabiéndonos carnaza de empresarios sin corazón y un gobierno ineficaz en materia de empleo.

Que le habrán dicho a sus familias, esos pobres currantes que despidieron ayer en Nissan al llegar a casa, todo su esfuerzo e ilusión tirado a la basura por una cuenta de resultados desfavorable.

Quizás soy demasiado optimista, a lo mejor debemos convertirnos en chinos y trabajar 14 horas 365 días del año por un puñado de arroz, esa es la competitividad de la que tanto nos hablan, o la mejor debo hacerme funcionarios y pensar que el estado lo puede todo, hasta que esto reviente por algún lado.

De cualquier modo, estamos jodidos con perdón, por arriba y por abajo, los unos que nos quieren solo por los votos y los dineros y los otros, que no ven en nosotros mas que cifras y números, incapaces de reconocer el trabajo bien hecho y la valía.

Por eso como te decía al principio de mi carta, eres un aguerrido currante, que cada día te enfrentas como Don Quijote a molinos de viento con nombres y apellidos...

Pedrulo Maturulo.