Hoy todo han sido malas noticias, después de perder la cita olímpica para Madrid se me ha quedado mal cuerpo, he de decir aun a riesgo de parecer un soberbio, que me lo esperaba, España trabaja desde hace tiempo en el vagón de cola de la política internacional. Muchos han querido ver el fracaso español, como un síntoma de que el COI quería cambiar de continente, pero yo sigo pensando que no pesamos lo suficiente en la esfera internacional, debido a las alianzas de nuestro ejecutivo, podríamos tildarlas de “malas compañías”.
La cosa es que, entre la poca ilusión que tenia entre alcanzar el objetivo olímpico (aun a riesgo de ser antipatriota) y que parece que no habíamos aprendido la lección a su debido tiempo, nos hemos vuelto a dar de bruces con el Comité Olímpico Internacional que nos ha robado la cartera.
A lo mejor Gallardón se equivocó al volver a intentarlo, tantos recursos y tanto esfuerzo tirado a la basura y eso sin contar el efecto devastador que estas cosas tienen sobre la moral de la gente. Sin ir más lejos el otro dia el FMI nos adelantaba un escenario de recesiòn, mientras que los países de nuestro entorno comenzaran a crecer, y ahora nos llevamos el disgusto de no celebrar los juegos del 2016, esto mina a cualquier optimista, habría que preguntar al presidente del gobierno.
Para mí lo peor de no celebrar los juegos en Madrid, es el hecho indiscutible de que nos gustan las fechas, tanto como las chuches a Rajoy, nos encanta planificar eventos con años de anterioridad, es una especie de bálsamo social que estimula el crecimiento.
Lo que ahora nos falta es ambición, estamos vapuleados por la crisis y la política nos ha dejado completamente asqueados, necesitamos soñar como decía el alcalde de Madrid (en eso no se ha equivocado) pero que no nos roben nuestros sueños, sino el efecto es perverso.
Pedrulo Maturulo.
1 comentario:
Gallardón dijo que asumiría la responsabilidad de la derrota.
Pues bien, que lo haga y dimita.
Ha endeudado a los madrileños para varias generaciones,ha hecho un ridículo espantoso estrellándose por segunda vez por una megalomanía enfermiza y una ambición desmedida que le hace atropellar la razón y la lógica más elemental.
Lo peor es la cantidad de dinero que se lleva despilfarradno en los dos intentos fallidos y la imagen de país de segunda división que tenemos en el exterior,donde no pintamos absolutamente nada.
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