Al Qaeda quiso volver a hacerlo, sembrar el terror en los Estados Unidos, la fecha no fue elegida al azar, las navidades son especialmente sensibles para los occidentales.
De nuevo sentimos el aliento de los asesinos radicales, otra vez los Imanes y sus doctrinas tienen la culpa de haber sembrado la semilla del odio en un joven universitario.
El terrorista avisa de que no será el ultimo, es la tarjeta de presentación de un terrorismo barato y muy difícil de prevenir, cada vez mas, vemos como aparecen nuevos grupos por todo el mundo bajo la marca de Al Qaeda.
Desde mi punto de vista, esta guerra no acabara con la muerte del famoso Bin Laden, generaciones enteras habrán de sufrir lo que hoy todavía es un conflicto latente.
Cuando Hitler invadió Polonia, hubo quien hablo de estrechar lazos con los nazis, frente a quienes advirtieron del peligro, hoy podemos afirmar que con la caída de las torres gemelas, nos enfrentamos a un peligro si cabe aun mayor.
En donde quiera que un loco decida suicidarse y llevarse consigo a unos cuantos de nosotros (infieles) allí habrá una amenaza palpable.
No hay atajos para resolver este problema, ninguna negociación política, todo esta impregnado del fanatismo de quienes quieren imponer el Islam con hombres bomba.
La solución solo la pueden aportar los propios musulmanes, que serán ellos quienes tendrán que desautorizar estas conductas y el terrorismo en general, el problema es que una parte del clero islámico, cree a pies puntillas que la Yihad es deber de todo buen musulmán, y eso amigos es “la madre del cordero”...
Pedrulo Maturulo.
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