Cualquiera puede aspirar a ser jefe de estado, pero no todo el mundo esta capacitado para ese trabajo, se necesita un carácter decidido para afrontar todos aquellos acontecimientos inesperados que pueden surgir de la política nacional e internacional.
Francia precisamente, no es un país al que le guste que otros decidan por su política exterior, de sobra es conocida su permanente influencia en aquellos territorios que descolonizo.
Nos enteramos hoy de la muerte del rehén francés, de manos de Al Qaeda en respuesta a la operación militar, que días atrás llevo a cabo el ejército galo junto con las tropas de Malí. Seguramente hace falta una madurez enorme como nación, para comprender la apuesta del ejecutivo para no plegarse a las peticiones de los terroristas islámicos, y emprender por la vía de la fuerza una operación militar, que lamentablemente no tuvo éxito. Se podría criticar la falta de talante de Nicolás Sarkozi, para abordar una negociación que hubiese llevado a la liberación del secuestrado, pero quizás se habría consolidado un peligroso modelo que solo nos haría a la larga ser victimas del chantaje.
La madurez de Francia para no plegarse a estos delincuentes, es un ejemplo para nuestro gobierno que ya ha pagado en más de una ocasión...
En este caso no se consiguió liberar al rehén por la vía militar, aunque murieron varios terroristas de Al Qaeda, la respuesta de el grupo islamista ha sido la muerte del ciudadano francés como “venganza” aunque yo lo tildaría de propaganda disuasoria para otros países.
La democracia no es gratis, el fundamentalismo radical quiere socavar nuestras democracias con chantaje y bombas, haciéndonos a todos rehenes de nuestro propio miedo, y Francia ha hecho lo que tenia que hacer, aunque esta vez se haya perdido una vida, es un sacrificio necesario para disuadir a nuestros enemigos.
Pedrulo Maturulo.
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