Quédense con esta palabra “VERANO” o mejor dicho:

En verano otra vez están de huelga los controladores, para alegrar las vacaciones a todos esos que deciden irse de vacaciones en avión, dicen que no están haciendo huelga, pero se han puesto todos malos a la vez, debe ser una epidemia, la gripe del “pepiño”...

Otra vez atascos kilométricos y la canción del verano, acabaremos odiando el famoso bailecito y su guaka guaka, aunque casi es mejor eso que aguantar al vecino con su bubucela de turno, importada del mercadillo para no dejarte dormir la siesta.

Volverán los incendios (espero equivocarme) y los políticos negando su falta de previsión, y es que no ves una cuadrilla de forestales ni haciendo el Camino de Santiago bosque a través.

Todo el mundo se queja del calor, los mismos que invierno lo hacen del frío, y es que dar gusto a todo el mundo es como pedir a tu vecino que deje de taladrar los domingos por la mañana, misión imposible.

Seguramente te tocara tragarte el álbum de vacaciones de tus amigos, “el luisma en la fuente” “el luisma con la montaña” “el luisma con el paisano” una autentica diversión.

Y luego si ya las has disfrutado como es mi caso, te toca aguantar a todos los tontos del culo que te quieren pasar por el morro su próxima salida, obviando que tu ya estas de vuelta y te has ahorrado una pasta, pero como negarle el placer a ese “conocido” que te quiere vacilar, pues diciéndole que da mal tiempo, te jodes...

Este verano tiene algo de especial, hemos cambiado los mordiscos de pit bull a los niños, por las celebraciones de la roja, todo el mundo quiere celebrar el mundial, y sacan la bandera en su coche o en su casa, hay una especie de fervor patriótico, casi me dan hasta pena de los pobres independentistas, que cada día tiene que tragar 20 minutos de telediario con el resumen de cómo se resumió el famoso gol de Iniesta.

Seria injusto hablar del verano y no nombrar a la diosa dorada, esa que bebemos bien fría y tantas alegrías nos aporta en las terraza de turno, y es que si debo reconocerlo me trajé algun kilo de mas de las “sufridas vacaciones” pero quien renunciaría a ser el portador de una pulsera mágica que diga “todo incluido”, lastima que la tuviese que dejar en el hotel, la vida seria mucho mejor si todos llevásemos una de esas...

Si quieres un consejo, deja de leer este muermo y sal a una terraza, recuerda que el verano tiene fecha de caducidad y pronto estaremos lamentándonos del frío que hace, al menos aquí en Castilla.

Pedrulo Maturulo.