Avanza presto hacia la casa de mi padre, no temas gentil hombre por el juicio de tu alma, las palabras que un día brotaron de tu pluma incansable, habrán de hacerte imperecedero, infinito en el tiempo.
Porta sin temor los laureles de un genio, ídolo anónimo de todos los que leímos alguna vez tus libros.
Paisano de la tierra castellana, humilde hasta la médula, no te recordaremos sino que habremos de celebrarte cada día con tus libros en la mano.
Mi homenaje sincero, a tu vida y obra, artista entregado al noble arte de la literatura.
5 comentarios:
Descanse en paz.
Qué contraste la humildad de Delibes, como señalas, con la actitud engreída de otros intelectualoides que no son más que cantamañanas.
Un saludo
Descanse en paz.
Saludos.
Grande, muy grande. Delibes es de esa clase de hombres que ennoblecen la Patria y que tanta falta hacen.
Un saludo.
Que razón tienes Eduardo, escasos escasisimos es decir poco de intelectuales de calado...
Saludos.
Miguel Delibes ha muerto. No lloréis por él, LEEDLO
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