30/3/20

Estaba tan equivocado:


Siempre pensé que la soledad del alma nos hacía más fuertes, tanto que  al nacer teníamos la enorme labor de ser independientes del resto del mundo, con la certeza que solo la ignorancia da, pensar en uno mismo como un náufrago en la vida, acompañado quizás por aquellos que compartían contigo esos momentos.
Que ignorancia la mía, pues no se puede entender el mundo desde la soledad, ese es un pecado del hombre pues es la felicidad del ser, compartir con tu familia cada minuto regalado y no hay mayor júbilo que estar con los tuyos.
Y cada día es un regalo, cada atardecer un triunfo ganado a ese tiempo de descuento que es el paso de los años.
La vida te enseña por las buenas o por las malas, lo poco que le importas al mundo, solo tu familia y tus amigos son testigos de esa inmisericorde maestra. Que le dirás a tu padre cuando ya no este o acaso dejaras que el tiempo te aleje , soñando después aquello que debió ser dicho.
Es amar vivir y odiar morir, porque el amor te llena el alma y el odio te vacía, el tiempo no te cura solo, quizás te obligue a olvidar.

No hay comentarios: