Mi casa esta llena de aromas desde que llego Héctor a nuestras vidas.
Huele a niño, que es un aroma que te llena el alma y te alimenta el corazón.
Huele a risas por las mañanas y carreras para llegar al trabajo.
Huele a biberones y papillas, de esos que preparamos con esmero para cuidar de nuestro pequeño.
Huele a pañales a colonia de niño.
Huele a beso por la noche y mirar que no le pase nada.
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