29/3/09

EL FIN DE LA CHAPELA?




Desde que recuerdo haberme interesado por esto de la política, pocas veces me he encontrado con un momento tan importante y singular, como el que ahora estamos viviendo en el País Vasco.
Para los que nos llamamos demócratas, la normalidad debería haber sido la alternancia política, siendo esta la mejor forma de autocontrol que existe para los que nos gobiernan. Los ciudadanos ejerciendo el poder de las urnas y manifestando cual es su opinión sobre quien se presenta a unas elecciones libres.
¿Pero que había ocurrido hasta ahora? En esa parte de España, el PNV (partido nacionalista vasco) llevaba gobernando desde la muerte de Franco, creyéndose el pueblo elegido por Jehová, perpetuándose en el poder.
Lo que no podían imaginarse estos señores es que se pudiera lograr un pacto entre el PSOE y el PP, dejando a un lado su carga ideológica y apostando por “normalizar” ese territorio.
Durante estas ultimas semanas, hemos visto casi de todo, descalificaciones, amenazas (mas o menos veladas), brotes de ira, todo por no perder el poder incluso un ofrecimiento al PP para pactar, cosa esta ultima insólita para quienes han tildado a estos de poco menos que fascistas...
Yo siempre he defendido una clase política decente, con un compromiso incuestionable de servicio a España y a las gentes que aquí vivimos, dejando a un lado sus miserias y su ambición.
Ahora los constitucionalistas, que es como nos denominan ellos (los separatistas) tienen por delante la tarea de hacer de las tres provincias vascas sean como cualquier otra del resto del territorio español, arrinconando a quienes intentan imponernos un modelo que no es el que los españoles aprobaron en la constitución.
Cumplir la ley de banderas, respetar el idioma que cada español desee para que estudien sus hijos, acceder a una plaza publica sin ser censurado por su lengua materna, etc.
Ahora es el momento de los socialistas vascos, encabezar una revolución pacifica de verdadera libertad, abriendo las ventanas y las puertas y dejando correr un aire fresco que nos limpie de tanto fanático con chapela, que no han sabido adaptarse a los tiempos y siguen añorando a Franco (su única razón para existir).
A Patxi López, lo que podemos exigirle es lealtad constitucional, al igual que a Basagoiti, que debe ser un socio vigilante para no volver a caer en errores pasados.
Pedrulo Maturulo.

2 comentarios:

jose luis dijo...

nos sentiremos decepcionados?

Pedrulo Maturulo dijo...

Espero que no, seria muy doloroso...
Saludos