16/12/09

CENTROS DE MENORES:



A veces una noticia que para la mayoría no significa nada, puede ser un interruptor para la memoria, al menos para quien redacta estas líneas.

En aquellos años en el barrio, nos juntábamos los chavales, todos preadolescentes de 12 a 14 años, para jugar al fútbol, encender una hoguera o alguna incursión en casas abandonadas, actividad esta nada aconsejable...
Recuerdo que dentro del grupo de amigos había un chaval, del que no recuerdo mas que el apodo “del Río” que sino me confundo podía ser su apellido.
El caso es que, un buen día dejamos de ver al chico y pasado el tiempo sin saber por que ya no venia a jugar al barrio.
Un mañana apareció una señora vestida de negro y se acerco a nuestro grupo de amigos, se me acerco y me pregunto:

“¿Vosotros jugabais con un chico que se llamaba del Río verdad?”
-Si la conteste, hace mucho tiempo que no viene a jugar.
- Veréis soy la mama del chico y ya no va avenir mas a jugar con vosotros.
Mi hijo estaba internado en un centro para chicos con problemas, y ha intentado escapar anudando una sabana, con la mala fortuna que apenas en dos metros, se ha caído y se ha matado en el acto.
-Os podéis imaginar como se nos quedo el cuerpo al grupo de críos.

Ahora puedes pensar mientras lees estas frases que tengo mucha imaginación, o que lo he leído por ahí, el caso es que mi amigo del Río se mato intentando escapar de uno de esos centros de los que ahora denuncian.
Casualidad o no todos tenemos derecho a la dignidad, la violencia es legitima solo si es proporcionada y haciéndome eco de la famosa película Sleepers, en el que unos muchachos cometen un error fatal, que cambiara sus vidas para siempre.
Años de tortura y vejaciones en el centro de internamiento, por parte de los encargados de velar por ellos, en vez de integrarlos con un patrón de conducta los convierte en delincuentes deseosos de venganza.
Quizás la película sea una exageración, y tengamos que tener en consideración, que algunos adolescentes o menores, son extremadamente violentos, adictos e incluso asesinos, pero la labor principal de estos centros no es la de retener a estos angelitos, sino la de reinsertarlos a la sociedad con un periodo de readaptación, para superar sus problemas y pagar la pena por los delitos cometidos.
Decía el defensor del pueblo que no se podía tolerar el abuso, la violencia gratuita y la sedación como método de control, si dejamos que se vulnere la dignidad de estos chavales con la excusa de tenerlos bajo control, hacemos justamente lo que se denuncia en la película, damos la espalda a quienes tienen problemas y de paso generamos animales depredadores que saldrán deseosos de cometer mas delitos y llenaran nuestras cárceles.
Mi amigo murió tratando de escapar de uno de estos centros, el por que tenia tanto interés en hacerlo es un misterio, solo se que perdió la vida, hoy podría estar casado tener hijos y ser una persona estupenda, que es justamente como lo recuerdo.

En recuerdo de mi amigo del Río.

Pedrulo Maturulo

2 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

Una historia aterradora,Pedro.
Lo de los centros de menores tiene tintes góticos,absolutamente ajenos a la época y el tiempo que vivimos.
Debe haber una investigación seria y rigurosa y depurar responsabilidades hasta sus últimas consecuencias.

Anónimo dijo...

Solo un apunte...En estos centros ahora denunciados (y hace meses denunciados por el Defensor del Pueblo, y el mes pasado por el Comite contra la Tortura de Naciones Unidas) no hay menores delincuentes. No han cometido ningún delito (algo que tampoco justificaría lo denunciado), pero éstos son centros de protección.