12/1/09

Conduzco:


Conduzco mi automóvil por carreteras solitarias, mientras mi cabeza ordena un puzzle imposible de terminar.
Un flash acompañado de un pensamiento tenue, un recuerdo que de alguna manera cobra sentido en tu cabeza en ese momento.
Miro los campos cubiertos de nieve, escarchados por le helada que los han convertido en un una fotografía perenne, que bonito me digo a mi mismo.
La soledad otra vez me acompaña en mi viaje como una condena, que pena no poder compartir este momento con mi esposa.
Los coches se deslizan sobre el frío asfalto, pálido por la helada, miserable en su desnudez. Me siento absolutamente ausente de ese momento que me toca recorrer.
Enciendo la radio para distraer la mente, una absurda procesión de emisoras vacías me acompañan en mi viaje, sin ni siquiera captar mi atención.
Empiezo a impacientarme con llegar a casa y estrechar a mi hijo entre mis brazos, pero un coche me adelanta y me saca de mi estado letárgico.
Veo los molinos de viento raramente parados, vigilando las montañas de Dueñas, hoy son quizás un poco mas humanos enterrados en la nieve, parecen sentir la tierra sobre la que giran indiferentes.
Espero un paisaje visto una y mil veces, de un puente sobre un río, robándole a la rígida e impersonal carretera, una foto que nunca hago pero tengo en mi retina.
Tiempo ya de acometer labores y dejar el corazón aparcado junto al coche.
Dedicado a todos aquellos que por trabajo tienen que pasar muchas horas solos al volante.
Pedrulo Maturulo

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