Obama reunió a los principales de sus servicios de inteligencia, quería averiguar, por que un terrorista de Al Qaeda (fichado) había burlado los controles y conseguido subir a un avión con destino a Detroit (USA).
La respuesta de lo mas sencillo, otra vez adolecen del pecado que permitió estrellar las torres gemelas, la maldita burocracia y el celo profesional, para no compartir datos entre agencias federales.
En Estados Unidos cada agencia debe rendir cuenta de resultados al gobierno federal y así, se aseguran sus partidas económicas, lo que hace que siempre surjan conflictos de quien y por que comparte las fuentes.
Es como si la Guardia Civil supiera de un comando de ETA operativo en Madrid y no alertara a la Policía Nacional, por miedo a perder la posibilidad de detenerlos en exclusiva, y así asegurarse el merito.
Hace poco cayó en mis manos un libro en el que se hablaba, justamente de la inoperancia de los servicios secretos en Estados Unidos (Por Orden del Presidente) por culpa de esta cuestión, el anterior inquilino de la Casa Blanca ya quiso remediar esta situación, pero parece que a juzgar por los acontecimientos no tubo éxito.
Se supone que un agente de campo, averigua la existencia de una célula de Al Qaeda y le pasa la información a todas las agencias e incluso a servicios secretos extranjeros como el MI5 o el MOSHAD, hasta ahí la teoría, pero luego algún manda mas hace de su capa un sayo, y se la guarda con el consiguiente riesgo de seguridad.
A los servicios de “Inteligencia” americanos les hace falta hablar, solamente eso señor Obama, con que descuelguen el teléfono y se transfieran toda la documentación disponible seria suficiente para tapar la brecha que estamos viendo que cada vez es mayor.
Ya casi nadie se acuerda, pero con el antiguo presidente americano, después del fatídico 11 S, no hubo ni un solo atentado de Al Qaeda en suelo americano, casualidad o no?
Pedrulo Maturulo.
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