Siempre sueño con revivir esos maravillosos días, en los que el tiempo pasaba fugazmente y no dejaba que nos saciásemos de su esencia.
Administrar un veneno en mis sentidos que me sumerja en las tardes de invierno al socallo, contando historias viejas junto a mi abuelo.
Como un placebo, sentir otra vez el viento por la tarde acariciando mis mejillas.Ese olor, los domingos recién afeitado, abrazándome con bondad infinita.
Recorrer las montañas de Aguilar, sentándome al pie del castillo, admirar la belleza de lo que se nos regala a los sentidos. ¿Donde beberé de tus fuentes? arroyo de bondad infinita.
Al calor de la estufa, acurrucados para sentirnos amados, lejos de gritos y peleas.
Alcanzo el sueño de dormir sin miedo, pensando que vosotros guardianes, vigiláis la paz de los gentiles, y que los malos recuerdos se habrán consumido ya en la risa de mi hijo y el amor de mi mujer.
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