A MI ABUELO:

Se que tuviste que marcharte, tu tiempo termino con nosotros. Nunca sabrás cuanto te quisimos o quizás si, algun dia sueño con abrazarte de nuevo. Tu perdida fue irreparable, dejaste un vacio en nuestros corazones que el tiempo no ha conseguido llenar. Tu sonrisa, tus caricias esa palabra amable que llenaba mi corazón.
¿Como puedo sustituirte sino te he olvidado?, mi hijo no te conoció y no pudo ver la gran persona que eras. Yo siempre le hablare de ti, de lo mucho que te quise y te sigo queriendo. Muchas veces mientras trabajo, huelo el aftershave que solías usar y me giro soñando con encontrarte. Se me llena la boca hablando de los amigos que siempre tuviste y como te apreciaba todo el mundo, tu bondad me dejo huella y no puedo emularte. ¿Por que te fuiste tan pronto de mi lado?, te hecho de menos abuelo.
“Un hombre bueno dijeron”, ese fue tu epitafio. Que grande y nosotros que pequeños, somos aprendices de tu ternura y tu sentido de la vida. Te recuerdo con una sonrisa cuando la muerte te aguardaba, y con un “Esto se acaba Pedrin, me sonreíste como si nada”, que orgullo mirar la muerte sin miedo. Con la certeza de tener la cabeza alta, sin miedo de haber obrado con mala fe y haber sido siempre una persona honrada.
No te olvido abuelo.