Creo que todos los padres deberían verlo para comprender la importancia de su labor para con sus hijos.
La formación de un niño es una tarea faraonica, cualquiera que tenga la suerte de tener un hijo sabe de la dificultad que conlleva. Los niños son una esponja que absorbe todo lo que les rodea.
Cualquier palabra malsonante, cualquier aptitud agresiva para los demás. Podrá ser copiada y reproducida por nuestro hijo. Los niños tienen que aprender desde pequeños sus limites y respetar unas ciertas normas. Pensar que pasamos poco tiempo con ellos puede perjudicarnos a la hora de imponerlas.
En esta sociedad en la que vivimos todos arrastramos un complejo de culpabilidad por trabajar en exceso y hacer poco caso a la familia. Esto hace que a menudo veamos niños que se enfrentan a sus padres y los cuestionan directamente, dando lugar a rabietas.
Como padre primerizo intento enseñar desde el principio una escala de valores y normas. No quiero que mi hijo me tema pero si que me respete.
El cariño en esto creo que es fundamental, el niño debe sentirse querido y arropado por los padres. Pero a la vez tiene que ceñirse a unas ciertas normas que estos le habrán mostrado paulatinamente. Ojala logre ser un buen padre y nunca me avergüence de pensar no hice lo suficiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario