En la vida nos suceden todo tipo de acontecimientos inesperados, que nos obligan a cambiar nuestros hábitos. La pérdida de un trabajo, la ruptura de una relación de pareja, son hechos que nos pueden resultar traumáticos.
Por lo general, solemos comer siempre en el mismo restaurante, nos gusta que nos corte el pelo siempre el mismo peluquero, por eso es tan difícil cambiar.
El matrimonio (dura prueba) por ejemplo: dos personas distintas completamente, deben asumir un nuevo estatus para poder convivir con la otra persona y eso no es nada fácil...
Cuando nació nuestro hijo, nos costo adaptarnos a la nueva situación, comidas, sueño, dinero, ocio todo se cambio para poder atender al pequeño.
¿Pero por que nos cuesta tanto adaptarnos al cambio? Quizás el ser humano en su evolución, ha hido adaptándose a los diferentes entornos y condiciones que el mundo le ofrecía, pero en algun lugar de nuestro subconsciente, seguimos añorando la tranquilidad de la cueva en vez de la incertidumbre de la planicie.
Hace tiempo leí un libro que recomiendo: “Quien me ha robado mi queso”.
Narra las aventuras de dos ratones y la dificultad de uno por adaptarse a los cambios.
El libro trata de hacer entender al lector la importancia de asumir rápidamente los cambios, en una sociedad competitiva y llena de obstáculos.
En un mundo global como algunos gustan en decir (yo digo que solo es global la pobreza) tenemos que prepararnos para los sobresaltos, nada permanece todo cambia.
Pedrulo Maturulo.
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