8/11/09

RECUERDOS:



Hace ya bastante tiempo, leí una novela muy interesante, en ella se relataba la perdida de la visión de un joven y sus experiencias al quedarse ciego. Recuerdo todavía, como me encogió el corazón el relato, el chico contaba, que se le olvidaban los colores y poco a poco las caras se sus propios familiares.

Hoy mientras recorría mis pensamientos he querido recordar a uno en concreto y por un segundo he tenido un escalofrió, al no lograr ver su rostro, luego después de un momento de pánico, he conseguido recordar, y el susto ha pasado.

Sin duda el olvido es la muerte de nuestra propia existencia, el tiempo vivido y nuestras experiencias, nos hacen ser quienes somos, nuestros padres y hermanos están grabados en una impronta dentro de nuestro cerebro, lo cual nos hace quererlos y nunca olvidarlos.

Como podríamos dejar de acordarnos de nuestra niñez y la adolescencia después, nuestra primera novia, el primer beso, nuestro primer trabajo...

Los recuerdos son un álbum incompleto, que vamos llenando a lo largo de toda una vida, una sensación, un olor o quien sabe que, el caso es que casi siempre nos quedamos con los buenos y desterramos a los malos.

Yo que me considero fotógrafo aficionado, tengo este hobby por que me permite congelar el tiempo en pequeñas instantáneas, que luego con los años, nos hagan revivir aquellos momentos.

Si se pudiera guardar y consultar, la memoria de todos los seres que habitan la tierra, seria la mayor biblioteca del mundo, almacenando en ella, el saber y lo mejor del hombre.

La historia no deja de querer emular el tiempo vivido, relatando de forma ficticia lo que realmente aconteció, pues solo los actores protagonistas, fueron los que llenaron ese espacio vacio.

No debemos dejar de recordar, sino dejaremos de ser hombres.

Pedrulo Maturulo.

3 comentarios:

Eduardo de la Fuente dijo...

A todos nos pasa que la mente nos juega una mala pasada y por un momento creemos no poder recordar el rostro, la cara (en definitiva, la humanidad) de un ser querido que ya no está entre nosotros.

Pero la fuerza de los recuerdos es enorme. Tal vez creas no poder recordar unas facciones, pero cualquier día el tono de voz de otra persona, un olor familar o un sabor te hacen volver a ver lo que que creías olvidado, cayendo en un vendaval de sensaciones.

Un saludo

Pedrulo Maturulo dijo...

Si ademas de perder a nuestros seres queridos, perdiéramos su recuerdo, seriamos huérfanos del corazón.
Saludos.

Persio dijo...

El primer trabajo muchas veces es mejor no recordarlo ;)